Page 271 - La escena contemporánea y otros escritos
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Mariátegui: política revolucionaria. Contribución a la crítica socialista
la revolución. Incapaz, por consiguiente, de reorganizar y reanimar
el frente ruso. La embajada francesa, presidida por Noulens, estaba
íntegramente compuesta de diplomáticos de carrera de hombres de
gran mundo. Esta ente, brillante y decorativa en un ambiente de coti-
llón y de intriga elegantes, era, en cambio, absolutamente inadecuada
a un ambiente revolucionario. Hacía falta en la embajada un hombre
de espíritu nuevo, de inteligencia inquieta, de juicio penetrante. Un
hombre habituado a entender y presentir el estado de ánimo de las
muchedumbres. Un hombre sin repugnancia al demos 182 ni a la plaza,
con capacidad para tratar las ideas y a los hombres de una revolución.
El capitán de reserva Jacques Sadoul, socialista moderado, poseía estas
condiciones. Militaba en el Partido Socialista. Pero el Partido Socialista
formaba entonces parte del ministerio. Intelectual, abogado, procedía,
además, de la misma escuela socialista que ha dado tantos colaboradores
a la burguesía. En la guerra, había cumplido con su deber de soldado. El
gobierno francés lo juzgó, por estas razones, aparente para el cargo de
agregado político a la embajada.
Mas sobrevino la Revolución de Octubre. A Sadoul no le tocó ya
actuar cerca de un gobierno de mesurados y hamletianos demócratas,
como Kerensky, sino cerca de un gobierno de osados y vigorosos revo-
lucionarios como Lenin y Trotsky, detestable para el gusto de una emba-
jada que, naturalmente, cultivaba en los sajones la amistad del antiguo
régimen. Noulens y su séquito, en riguroso acuerdo con la aristocracia
rusa, pensaron que el gobierno de los Soviets no podía durar. Consi-
deraron la Revolución de Octubre como un episodio borrascoso que
el buen sentido ruso, solícitamente estimulado por la diplomacia de la
Entente, se resolvería muy pronto a cancelar. Sadoul se esforzó vana-
mente por iluminar a la embajada. Noulens no quería ni podía ver en
los bolcheviques a los creadores de un nuevo régimen ruso. Mientras
Sadoul trabajaba por obtener un entendimiento con los Soviets, que
evitase la paz separada de Rusia con Alemania, Noulens alentaba las
conspiraciones de los más estólidos e ilusos contrarrevolucionarios. La
Entente, a su juicio, no debía negociar con los bolcheviques. Puesto que
182 Al pueblo, a la multitud.
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