Page 263 - La escena contemporánea y otros escritos
P. 263
Mariátegui: política revolucionaria. Contribución a la crítica socialista
socialistas para arremeter contra los sindicatos, cooperativas y munici-
pios proletarios. Los socialistas y los comunistas concurrieron a las elec-
ciones separadamente. La burguesía les opuso un cerrado frente único.
Sin embargo, las elecciones fueron una vigorosa afirmación de la vita-
lidad del movimiento socialista. Los socialistas conquistaron ciento vein-
tidós asientos en la Cámara; los comunistas obtuvieron catorce. Juntos,
habrían conservado seguramente su posición electoral de 1919. Pero
la reacción estaba en marcha. No les bastaba a los socialistas disponer
de una numerosa representación parlamentaria. Les urgía decidirse
por el método revolucionario o por el método reformista. Los comu-
nistas habían optado por el primero; los socialistas no habían optado por
ninguno. El Partido Socialista, dueño de más de ciento veinte votos en
la Cámara, no podía contentarse con una actitud perennemente nega-
tiva. Había que intentar una u otra cosa: la Revolución o la Reforma. Los
reformistas propusieron abiertamente este último camino. Propugnaron
una inteligencia con los populares y los liberales de izquierda contra
el fascismo. Sólo este bloque podía cerrar el paso a los fascistas. Mas el
núcleo de Serrati, se negaba a abandonar su intransigencia formal. Y las
masas que lo sostenían, acostumbradas durante tanto tiempo a una coti-
diana declamación maximalista, no se mostraban, por su parte, asequi-
bles a ideas colaboracionistas. El reformismo no había tenido aún tiempo
de captarse a la mayoría del partido. Las tentativas de colaboración en un
bloque de izquierdas resultaban prematuras. Encallaban en la intransi-
gencia de unos, en el hamletismo 179 de otros. Dentro del Partido Socialista
reaparecía el conflicto entre dos tendencias incompatibles, aunque esta
vez los términos del contraste no eran los mismos. Los reformistas tenían
un programa; los centristas no tenían ninguno: el partido consumía su
tiempo en una polémica bizantina. Vino, finalmente, el golpe de estado
fascista. Y, tras de esta derrota, otra fractura. Los centristas rompieron
con los reformistas. Constituyeron los primeros el Partido Socialista
Maximalista y los segundos el Partido Socialista Unitario.
179 De Hamlet, personaje dubitativo, vacilante, de la célebre y homónima obra de
Shakespeare.
262
BM_Laescenacontemporaneayotros escritos_TomoI.indd 262 08/10/10 17:48