Page 113 - La escena contemporánea y otros escritos
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Mariátegui: política revolucionaria. Contribución a la crítica socialista


              para el fascismo; le imponía un trabajo de absorción, superior a sus
              fuerzas, superior a sus posibilidades. El espíritu fascista no podía actuar
              libremente si no digería y absorbía antes el espíritu liberal. En la imposi-
              bilidad de elaborarse una ideología propia, el fascismo corría el riesgo de
              adoptar, más o menos atenuada, la ideología liberal que lo envolvía.
                 La tormenta política desencadenada por el asesinato de Matteotti aportó
              una solución para este problema. El liberalismo se separó del fascismo.
              Giolitti, Orlando, Salandra, Il Giornale d’Italia, etc., asumieron una actitud de
              oposición. No siguieron al bloque de oposición a su retiro del Aventino. 118
              Permanecieron en la Cámara. Parlamentarios orgánicos, no pedían hacer
              otra cosa. El fascismo quedó aislado. A sus flancos no continúan sino algunos
              liberales-nacionales y algunos católicos-nacionales, esto es, los elementos
              más nacionalistas y conservadores de los antiguos partidos.
                 Las  oposiciones  esperaban  forzar  así  al  fascismo  a  dejar  el  poder.
              Pensaban que, hecho el vacío a su alrededor, el fascismo caería automá-
              ticamente.  Los  comunistas  combatieron  esta  ilusión.  Propusieron  a  la
              oposición del Aventino su constitución en parlamento del pueblo. Frente al
              parlamento fascista de Montecitorio 119  debía funcionar el parlamento anti-
              fascista del Aventino. Había que llevar, a sus últimas consecuencias polí-
              ticas e históricas, el boicot de la Cámara. Pero ésta era, franca y neta, la vía
              de la revolución. Y el bloque del Aventino no es revolucionario. Se siente
              y se proclama normalizador. La invitación comunista no pudo, pues, ser
              aceptada. El bloque del Aventino se contentó con plantear la famosa cues-
              tión moral; la oposición aventiniana rehusaba volver a la Cámara mientras
              ejerciesen el poder, cubiertos por el voto de su mayoría, los hombres sobre
              quienes pesaba la responsabilidad del asesinato de Matteotti, responsabi-
              lidad que bajo un gobierno fascista, la justicia se encontraba coactada para
              esclarecer y examinar.
                 Mussolini  respondió  a  esta  declaración  de  intransigencia  con  una
              maniobra política. Envió a la Cámara un proyecto de ley electoral. En la prác-
              tica parlamentaria italiana este trámite precede y anuncia la convocatoria



              118   Una de les colinas romanas donde se hallaba el edificio que sirvió de refugio a
                  la oposición parlamentaria antifascista.
              119   Lugar donde sesionaba el Parlamento italiano.


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