Page 343 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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La dimension internacionaL deL Gran mariscaL de ayacucho 343



             reconoció la independencia, y protestó sus respetos a la soberanía
             de la República. Las dificultades que habían ocurrido al gobierno
             argentino para el mismo paso, y de que conoció la anterior legisla-
             tura, terminaron del modo más amigable y satisfactorio; y respec-
             tivamente han sido recibidos ministros diplomáticos que aseguren
             fraternales relaciones entre los dos estados. Estoy informado que
             en estas circunstancias las autoridades limítrofes argentinas se han
             conducido noblemente, y los propietarios argentinos residentes en
             la república han manifestado interés por nuestra causa. El empera-
             dor del Brasil ha reconocido su independencia de la manera más
             franca y cortés, y pedido el mensajero diplomático que se le ofreció
             para asegurar la mejor armonía y buena vecindad entre los dos go-
             biernos. Colombia nos ha invitado a una alianza defensiva entre las
             dos repúblicas y habiéndola el ejecutivo aceptado, reservé el nom-
             bramiento y las instrucciones del comisionado que debía negociarla
             a la administración que me suceda, pues siendo yo colombiano, y
             en vísperas de regresar a mi país, debía proceder con esta circuns-
             pección. Todo subsiste en el mismo pie, excepto las relaciones con
             el Perú.

               El Congreso autorizó al ejecutivo para nombrar diputados a la
             asamblea americana de Panamá. Esta asamblea se trasladó a Tacu-
             baya en México, y el ministro de relaciones exteriores informará
             de los motivos que han retardado la marcha de estos diputados.
             Es urgente que ellos concurran lo más pronto a las conferencias de
             Tacubaya. 458

            Cuántas serían sus meditaciones en tan largo viaje de Chuquisaca hasta
          Quito, enfermo espiritual, moral y físicamente, pero reconfortado en cuan-
          to a que había cumplido su deber de ciudadano y de gobernante.








          [ 458 ]_ SUCRE, De mi propia mano, p. 353.
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