Page 338 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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338  Rafael Ramón Castellanos



                 aunque sí colocaron bajo su custodia a los ministros de su gabinete.
                 Luego, con el objeto de evitar más actos violentos, Sucre aceptó que
                 lo dejaran preso en casa de un amigo.

                   La noche del 20 de abril, las tropas de Potosí llegaron a los aleda-
                 ños de la ciudad, pero los rebeldes eran superiores a ellas en número
                 y armas. A las tres de la madrugada, Sucre hizo un intento final para
                 evitar un conflicto armado, proponiéndole a cada grupo que se reti-
                 rara de la ciudad y que comisionados de ambos bandos trataran de
                 llegar a un acuerdo. Los rebeldes echaron a un lado la proposición
                 y, el 22 de abril, fueron aplastados totalmente por las tropas leales.
                   Cuando Sucre supo acerca de la victoria, pidió clemencia para
                 los vencidos, y cuando le dijeron que Casimiro se había fugado, le
                 escribió a un amigo de la región rogándole que ayudara a Olañeta
                 e incluso le envió a este mil pesos, aconsejándole, sin embargo, que
                 se mantuviera lejos del prefecto local.
                   Antes de su derrota, el jefe de las tropas rebeldes le había escrito
                 al general Gamarra que la revolución ya había empezado, que el
                 Presidente y su gabinete estaban bajo custodia y que interviniera
                 y colaborara con él. Inmediatamente Gamarra le escribió a Sucre
                 ofreciéndole sus tropas peruanas para protegerlo. La respuesta de
                 Sucre fue indiferente y podemos imaginar el desprecio que sentía
                 hacia Gamarra: Bolivia no podía aceptar la ayuda de tropas extran-
                 jeras en un asunto exclusivamente interno y, en esos momentos, no
                 necesitaba ninguna ayuda. Le señaló las consecuencias graves que
                 podría tener cualquier tipo de intervención, le dijo que estaba dis-
                 puesto a dejarse matar por una banda de asesinos antes de permitir
                 que en América se diese un ejemplo de intervención y que renun-
                 ciaría a la Presidencia el 13 de junio. 448

               El mismo día 17 de abril meditó el Mariscal Presidente, acongojado por
             el hecho en sí y en vista de las dolorosas circunstancias por las que atravesa-


             [ 448 ]_ HOOVER, John P.- Sucre, soldado y revolucionario. Cumaná, Editorial de la Uni-
             versidad de Oriente, 1975, p. 315-318.
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