Page 335 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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La dimension internacionaL deL Gran mariscaL de ayacucho 335
presencia de Sucre en Bolivia, y sus ideas sobre política internacio-
nal, creían ver un poderoso obstáculo al logro de sus aspiraciones
políticas y sociales. Y fomentaban ocultamente los manejos de esos
agentes que al fin lograron manifestarse en el motín del cuartel que
estalló la noche del 17 de abril bajo las sugestiones directas de un
argentino apellidado Cainzo y con la complicidad de dos sargentos
peruanos y a los vítores de honor a Gamarra, directo instigador de
estos sucesos. 447
El acontecimiento fue de una gravedad increíble pues se atentó contra la
vida del Mariscal Sucre quien recibió una descarga que le destrozó el brazo
derecho; esto y su apresamiento posterior minaron las bases de su fortaleza
moral y diplomática, aunque su ambición más connotada era marcharse a
vivir pacíficamente en Quito, al lado de la mujer con la cual constituiría
hogar. El historiador norteamericano John Hoover es categórico en la apre-
ciación de la crisis, así:
El 17 de abril Sucre recibió la noticia de que había un complot
contra su gobierno; pero a pesar de que se le dijo el día y la hora pre-
cisa en que ocurriría, no trató de protegerse. Como la Constitución
establecía que el hogar es inviolable, se negó a que la policía allanara
la casa de los conspiradores y los detuviera. Los conspiradores eran,
en su mayoría, oficiales extranjeros dirigidos por un agente argentino.
A la mañana siguiente, Sucre, al saber que había un motín en el
cuartel, envió a un ayudante suyo para que investigara la situación
y mandó ensillar su caballo. El ayudante fue herido de un dispa-
ro cuando se acercaba al cuartel, pero logró escaparse y arrastrarse
hasta el palacio para informar al Presidente, quien decidió suprimir
personalmente la primera rebelión ocurrida en la capital. Acom-
pañado por Facundo Infante, dos edecanes, un oficial y un civil,
Sucre se dirigió al lugar del disturbio y se encontró con un grupo
de los amotinados que guardaban la puerta del cuartel. Despuésde
[ 447 ]_ ARGUEDAS, Historia de Bolivia, p. 361.