Page 262 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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262  Rafael Ramón Castellanos



               Una vez más la diplomacia había triunfado en una calculada y limpia
             acción de Antonio José de Sucre. El intercambio de planteamientos con
             el general Álvarez de Arenales despejaba una incógnita y daba vía libre a
             la convocatoria de fecha 9 de febrero de 1825 y que tanto disgustó al Li-
             bertador, a quien quizás se le escapó pensar en la irrestricta cooperación y
             anuencia del gobierno de Buenos Aires para que los altoperuanos buscasen
             el camino de decidir el futuro.

               El general Álvarez de Arenales permaneció en Potosí hasta el 24 de abril,
             homenajeado por las tropas y el pueblo, y al siguiente día partió acompa-
             ñando al Mariscal Sucre para Chuquisaca. Ya había dicho a su gobierno, en
             oficio del 21 anterior que
                   el 18 del presente mes arribé a ésta, y no es fácil expresar a V. E.
                 las demostraciones públicas y privadas, y las repetidas pruebas de
                 amistad y consideración con que he sido recibido por su S. E. el
                 Presidente de este departamento e ilustre municipalidad. Pasados
                 los días de etiqueta y regocijo, tuvo lugar una conferencia con S.
                 E., en que, por mi parte, llené los objetos que me había propuesto
                 en la entrevista que antes he anunciado; S.E. por la suya, protestó
                 repetidas veces su consideración al gobierno argentino, su ánimo
                 decidido de no mezclarse absolutamente en lo que la asamblea de
                 diputados del Alto Perú quería pronunciar sobre la suerte de es-
                 tos pueblos; que cuando expidió el decreto convocatorio de dicha
                 asamblea, ignoraba la instalación del congreso de las Provincias
                 Unidas, y creía además un medio oportuno de salvarlas de desas-
                 tres. S. E. me mostró los borradores de las notas dirigidas a V. E. y
                 aun ha expresado que su opinión particular era por la unión de estas
                 provincias con las otras del Río de la Plata.
                   En materia de política, las protestas más animadas, los sentimien-
                 tos expresados con más nervio, dejan lugar a dudas inmensas: pero,
                 atendido el carácter personal de S.E., su franqueza extremada, el
                 sumo interés que manifiesta por la prosperidad y concordia de to-
                 dos los Estados de América, por lo depurada que se muestra su
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