Page 221 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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          en la guerra a tan conspicuo venezolano.  El breve discurso del Ministro
          de Relaciones Exteriores, señor Pedro Ezequiel Rojas, fue un testimonio
          imperecedero de la majestad del héroe cumanés, pues expresó que es
               ciertamente un digno homenaje a la memoria del Gran Mariscal
             de Ayacucho la instalación en Caracas de la filantrópica Sociedad
             Venezolana de la Cruz Roja. El Héroe a quien rendimos este tribu-
             to, que ha de tener sin duda entre nosotros larga vida y trascenden-
             tales resultados, puso por primera vez de relieve para la historia, las
             nobles condiciones de su carácter, y tomó lugar entre los grandes
             hombres de la Revolución de Independencia, en aquella escena hu-
             manitaria y generosa del Armisticio de Santa Ana. Allí surgió él
             como el iris tras la tormenta de la guerra a muerte, cuando nuestro
             egregio Libertador y el bizarro castellano General Morillo, se estre-
             chaban el uno contra el otro, y juraban ambos practicar el piadoso
             pacto en que Sucre, Comisionado de la naciente República, había
             derramado los efluvios de su alma benéfica, como un bálsamo para
             aliviar tantas heridas.

               Digno homenaje, repito, para el hombre que, cuando llegó al ze-
             nit de su carrera, cuando en Ayacucho tocó con su frente el cielo de
             la inmortalidad, no sólo supo sellar con su espada la emancipación
             suramericana, sino que supo también sellar con su espíritu caballe-
             resco y magnánimo los odios que había engendrado la lucha; y salvó
             muchas vidas y restañó la sangre que había corrido en abundancia.
             Satisfactorio será siempre, señores, para la actual Administración
             haber incorporado a la República en la Convención de Ginebra,
             celebrada por algunas naciones cultas con el objeto de estatuir la
             asociación de la Cruz Roja. Y satisfactorio es singularmente para mí
             haber puesto en todo ese asunto mi patriótico concurso, desde pe-
             dir al Congreso en nombre del Gobierno la autorización para que
             Venezuela adhiriese a aquel convenio de carácter verdaderamen-
             te cristiano, hasta abrir en este día los salones del Departamento



          [ 313 ]_ DE SOLA RICARDO, Ricardo.- Op. Cit, p. 43.
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