Page 39 - Guanipa-Endenantico
P. 39
Earle Herrera
acuático le inventó su propio signo zodiacal e indiferente a lo
que dicten los astros, la conjugó para siempre con acuario. No
por azar la Mesa es uno de los mayores reservorios de agua
dulce del continente; de aguas subterráneas que mojan y enri-
quecen sus entrañas. Más valiosas que el lago de oro negro que
inunda las tierras ancestrales de los indios kariñas. Al fin, el
petróleo no es un líquido vital. Y el agua, en el nuevo milenio
que está aquí, ya es un recurso estratégico y geopolítico.
Vuelvo a mi río infantil. Hace poco regresé a sus orillas
y en mi piel sentí todas sus heridas. No sé si todavía se puede
llamar río. Está allí, sobrevive, lucha, puja. En algunas partes es
un paso de agua que se puede salvar con un salto. Le han dado
duro, con todo. Los morichales resisten estoicos. La fauna se ha
alejado. Hablan de cochineras instaladas hacia las cabeceras.
Fábricas de bloques y ladrillos le arañan su arcilla y su arena y
le devuelven lodo, desechos químicos, porquería. Contra sus
aguas otrora transparentes y espejeantes se ensañan desagua-
deros cloacales. Las lluvias vienen cada año a su rescate, pero
los veranos son largos y la indolencia perenne.
Puse por título “Se llevaron el río”. En rigor, nadie se lo
robó. Alguna vez lo quisieron secuestrar, partirlo en dos, pero
el mismo río se encargó de ahuyentar a los devastadores. Lo
que ha ocurrido en los últimos años ha sido un proceso de
muerte lenta por contaminación criminal y desidia. El río está
herido. Se defiende como puede. Sigue su curso a duras penas,
mesa de Guanipa adentro, siempre hacia el sur en busca del
39