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Earle Herrera

AQUÍ ESTÁ, AQUÍ NO ESTÁ ¿DÓNDE ESTÁ LA BOLITA?

Anteayer fue a una vieja. Con un movimiento de dedos y el

payaso la convencieron. La misma se terminaba de bajar del
Expreso de la Costa, terminaba de salir del baño y venía a
tomarse una Alka-seltzer a la barra cuando el tipo la abordó,
mire misia qué fácil es, aquí está aquí no está ¿dónde está la
bolita? Y la vieja sabía que la bolita estaba allí, debajo de la

tapita de la izquierda, pero no se atrevió a apostar y vino otro
tipo y, zuás, aquí está la bolita, vengan esos cien bolos, mala
suerte, dijo el tipo de las tapitas, el catire de la camisa blanca,

pantalón azulmarino de polyester y sombrerito de alas cortas
de Panamá, vamos otra vez, aquí está aquí no está ¿dónde está
la bolita? Y la vieja volvió a ver dónde estaba la bolita pero
tampoco se atrevió esta vez y el mismo tipo se volvió a ganar
cien más y al tercer rebuleo de manos y dedos la vieja sentía

una íntima humedad, estaba pálida, la saliva seca, temblaba
levemente y cuando el catire le dijo van quinientos, ¿dónde
está la bolita?, ella dijo van y levantó la del medio porque

por Dios que la bolita estaba allí y cuando la vieja se montó
de nuevo en el Expreso de la Costa parecía un cadáver, con
un cangrejo atravesado en la garganta y sentía martillazos en

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