Page 165 - Guanipa-Endenantico

Earle Herrera

parlamentaria. Tanta disciplina me sorprendía a mí mismo.
“Estoy envejeciendo”, me decía. En ese lapso, sin meter co-

lumnas periodísticas, publiqué cinco libros. Ayer me entre-
veía otra vez recorriendo la Mesa de Guanipa al lado del pre-
sidente Chávez y me escuchaba decirle: ¡Misión cumplida,
Comandante! Atrás dejábamos el viejo y renovado puente del

río Tigre, desde donde ya nadie se lanza ni la tarde es salpicada
de arcoíris y peces de colores.

¿Atrás? Mejor decir adelante, la imagen del Comandante

Bolivariano en la plataforma acerada del camión, su mano en
alto, su índice señalando el horizonte circuido de horizontes
de la Mesa de Guanipa, como quien dirige a su pueblo, como
quien dibuja en la llanura los tiempos por venir, como quien

emerge de un sueño y se dirige a otro sueño que es la realidad
posible: esta sabana donde al lado de los pueblos ancestrales
nacieron otros pueblos, parteados desde el fondo de la tierra
por el oro negro, entre taladros y balancines que en ese 2010

saludaban el paso de Hugo Chávez seguido de nubes bajas,
llovizna y arcoíris.

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