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Earle Herrera
CON CHÁVEZ EN GUANIPA
De niño, el puente sobre el río Tigre que une los municipios
Freites y Guanipa, o como diría la nostalgia que viene de nor-
te a sur, San Tomé y El Tigrito, nos servía de trampolín para
saltar al agua y salpicar de arco iris los atardeceres, entre ala-
ridos de araguatos y algarabía de loros. Nunca imaginamos
que sería, muchos años después como diría el Gabo, el lugar
de encuentro con el Comandante Bolivariano que cambió el
curso de la historia patria desde dos palabras: “Por Ahora”.
Aquella mañana de 2010 nos colocaría a su lado en la pla-
taforma de un camión. Haríamos un círculo en el periplo El
Tigrito-El Tigre-San Tomé, ruta de más de 20 kilómetros que
en tiempos juveniles devorábamos al trote con el gran atleta
“Pipiolo”, Jesús Salazar, en aquellos recios maratones de fies-
tas patronales o de puras ganas de correr de tarde en tarde.
Mientras saludaba a la multitud apilada a ambos la-
dos de la carretera, el presidente Chávez preguntaba, daba
órdenes o consejos. Iniciábamos en la Mesa de Guanipa la
campaña para elegir a los diputados a la Asamblea Nacional
por Anzoátegui. Por su decisión y la del Gran Polo Patriótico
me tocó encabezar la lista de mi estado natal. Nos esperaba
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