Page 195 - Fricción y realidad en el Caracazo
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earle herrera
crítico. Los ricos, mientras la economía se hundía, se
iban a disfrutar a Miami. El mismo destino que seguiría,
«cayetano», es decir, a la calladita, Jaime Lusinchi.
El cronista satiriza una expresión del líder de Acción
Democrática, doctor Gonzalo Barrios, la cual mereció ti-
tulares de primera página y se popularizó casi como un
refrán. Al comentar el estallido del Caracazo, el doctor
Barrios declaró: «Venezuela sintió el beso mortal del
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FMI» . El periodista Rosas Marcano satirizó:
Que el beso, según Gonzalo,
que diera el FMI
al Gocho y que era igualito
al que yo a Cristo le di.
«Gochos» le dicen en Venezuela a los nacidos en los
Andes. Al presidente Pérez lo llamaban popularmente
así, e incluso, en su campaña electoral empleó el apelativo
como jingle propagandístico: «El Gocho para el 68». Se-
guidamente, Rosas Marcano detalla el testamento en que
Judas va dejando sus «bienes» a personas e instituciones.
Al pueblo le deja «La botija que Jaimito / sin un churupo
dejó». El expresidente Jaime Lusinchi había dicho que la
botija (las reservas del tesoro nacional) estaba llena. Luego
confesó que la banca extranjera lo engaño y entregó un
país con las reservas internacionales en 200 millones de
dólares. En esa botija el pueblo podría cocinar el mismo
hueso por tiempo indefinido, «hasta que el pobre hueso
/ se convierta en aluvión». Así fue, el hambre hizo bajar
a los cerros y estalló el aluvión del Caracazo.
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Gonzalo Barrios, ob. cit.
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