Page 75 - Escritos de ayer y hoy
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ideología burguesa y no representan alternativas de cambios
reales (salvo que en su seno surjan corrientes rectificadoras,
que asuman la dirección del proceso interno que se da al in-
terior de ellas); y no representan alternativa de cambio real en
favor de la unidad del pueblo–, existe de hecho un rechazo ha-
cia todo lo que es burocratismo, sectarismos, arrogancia, mo-
nopolio y concentración de poder, etc., y nuestros amigos y
militantes andan como moscas y reacios a cualquier forma de
organización que pueda reproducir los vicios del pasado.
Este es un sentimiento legítimo y debemos estimularlo en
sentido positivo hacia el proceso de rectificación, de democra-
tización, de análisis y síntesis de la experiencia; un proceso que
debe ser consciente, organizado y disciplinado. Esto es posible
conociendo nuestra rica experiencia histórica en diversas for-
mas de lucha y organización, por las cuales ha pasado nuestro
pueblo enfrentado a la dominación y que no hemos logrado
sistematizar; igualmente, es necesario conocer los principios
revolucionarios de organización del pueblo a la luz de la ex-
periencia histórico-universal, en función de construcción de
organizaciones sólidas para una política de resistencia popular.
De tal manera que si nosotros no analizamos este problema
en profundidad, teniendo como referencia la realidad y, en
particular, la de la organización, podemos marchar mucho más
lento y sufrir retroceso en el camino que hemos andado.
Hay algunos criterios que pudiéramos señalar y que van
para la discusión, que probablemente nos pudieran servir para
no caer en los errores y deficiencias del pasado reciente, y que
tienen que ver con el uso de métodos de trabajo correctos; en-
tre ellos los siguientes:
1. Apoyarse en el colectivo organizado y en el sentimiento del conjunto
de la organización para motivarlo políticamente en relación con su
participación y hacerle desempeñar su papel plenamente.
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