Page 328 - Escritos de ayer y hoy
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se destacó por su férrea oposición al régimen de Juan Vicente
            Gómez. Para hablar de ella, Fernando señala un cuadro donde
            está la imagen de su madre, que partió a los 102 años y medio,
            pero que en su memoria está viva.
               Su padre, Víctor Manuel Soto Cabeza, se desempeñó como
            un pequeño comerciante que le infundió los valores necesarios
            para que Fernando disfrutara de una unión familiar llena de
            valores y principios, junto con sus seis hermanas y hermanos.

                FSR: —Ese matrimonio se mantuvo durante 44 años hasta la muerte de
               mi padre y, en consecuencia, nosotros fuimos relativamente felices, y eso
               jugó mucho en nuestra formación –agregó con modestia el entrevistado.
               Su familia, como él mismo la describe, “fue siempre anti-
            gobiernera” y su preocupación política le nace de la literatura
            marxista y de las lecturas de varios autores que compartían en
            familia, lo que lo inspiró desde temprana edad.

                FSR: —Nosotros nos opusimos a todos los gobiernos, con ninguno
               estuvimos de acuerdo prácticamente. Quizás un poquito con la presiden-
               cia de Rómulo Gallegos; fue un novelista y lo tumbaron. De tal manera
               que por ahí nos viene la inquietud política y a mi mamá le gustaba mucho
               leer al  novelista Gallegos.  También fue admiradora de  Andrés Eloy
               Blanco, Pablo Neruda y de un poeta que murió en el año 28 o 30 allá en
               Manicuare, en el estado Sucre (Cruz Salmerón Acosta) –asegura que con
               esas inquietudes empezó a leer literatura.


               Relata que en aquella década de los 30 era muy difícil y se le
            obligaba a los muchachos a estudiar hasta sexto grado...


                FSR: —De ahí pa’lante uno asumía. Tenía uno que emigrar de allá
               porque no había liceo. Allá había un colegio llamado Guárico, que des-
               pués se llamó Ramón Buenahora; allí estuve estudiando hasta el cuarto
               año.

               YVL: —¿Rebelde de nacimiento o por convicción?

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