Page 327 - Escritos de ayer y hoy
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remontó las escarpadas montañas mirandinas (montañas de
Miranda y norte de Guárico).
Con la disciplina y puntualidad que caracterizan a un gue-
rrillero, abrió las puertas de su casa un viernes santo; a las dos
de la tarde era la cita y así se cumplió. A través de su verbo
y mentalidad aguda, comienza el diálogo con un luchador de
probada sensibilidad social, rebelde por convicción y no por
herencia –como él mismo lo relata–, quien expresa una larga
historia de luchas y experiencias:
Una vida luchando por el socialismo y la liberación nacional.
Llanero de pura cepa y del tamaño del compromiso que se le
ponga. Oriundo de las tierras de Guárico, fue Altagracia de
Orituco, que es una tierra noble, de sol y a veces de lluvia, de
hatos y conuqueros, la que lo vio nacer hace casi 77 años.
YVL: —Una vida por la lucha hacia el socialismo...
FSR: —En esos 77 años he saboreado la alegría y los dolores de la vida,
y me ha tocado estar en diversos escenarios políticos nacionales y mun-
diales, no porque yo me lo haya buscado, sino por las circunstancias que
me ha tocado vivir.
Precisa su pasión por ser socialista y dice que no siguió es-
tudiando para abogado porque no iba a defender la propiedad
privada de otros; ni para educador, porque no iba a impartir
una educación burguesa. Por eso fue guerrillero y actualmente
es uno de los ideólogos del proceso revolucionario bolivariano,
donde ha jugado el papel fundamental de remontar la ola ge-
neracional para continuar con los sueños de amor a la humani-
dad que soporta este proceso hacia el socialismo.
Su familia, de gentilicio gracitano y de origen humilde, fue
conformada por dos grandes pilares. Su madre, Rosa Rojas, fue
ama de casa y simpatizante de las ideas libertarias y de la gue-
rrilla del célebre venezolano Emilio Arévalo Cedeño, quien
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