Page 109 - Escritos de ayer y hoy
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señaladas, es necesario reorientar nuestro rumbo político a ob-
          jeto de iniciar un real proceso de rectificación que nos permita
          encontrarnos con una concepción y unos métodos de direc-
          ción y de trabajo que nos relacionen o nos vinculen revolu-
          cionariamente  con el  movimiento real, histórico-concreto; y
          marchar conscientemente en un proceso  de acumulación de
          fuerzas, comprendiendo la lucha de clases existente en el seno
          de la organización y fuera de ella, observar sus contradiccio-
          nes y tendencias; para lo cual es básico desarrollar una línea
          de formación de cuadros y militantes que le permita armarse
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          teóricamente con el arco  y disparar la flecha con precisión y
          dominio contra el enemigo de clase y las concepciones inco-
          rrectas que obstaculicen el propio desarrollo de la organización.
            Esto significa que el hilo conductor de nuestra política, en la
          variada y compleja lucha del pueblo, tiene que ser en esta fase
          de la acumulación, la formación y el conocimiento de la realidad
          concreta donde actuamos; y será desde allí donde realmente rea-
          lizar un debate esclarecedor, formular una política traducida
          en un plan común y en donde afirmaremos o negaremos nues-
          tro compromiso revolucionario, e irán surgiendo las organiza-
          ciones, los círculos políticos y la síntesis de todo ello: el partido
          revolucionario y la dirección política concreta, sobre la base de
          la unidad ideológica y organizativa, el centralismo democrá-
          tico y el espíritu de trabajo colectivo.


            2.   Es evidente que la estructura oficial no es la dirección
          real. Aquí debemos dejarnos de mistificaciones y hacer una

          10   Hay una antigua fábula china que dice: “Un hombre presumía diciendo: ‘Mi arco es tan
          bueno que no necesita flecha’. Otro afirmaba: ‘Mi flecha es tan buena que no necesita arco’. El
          hábil arquero Yi los oyó y les dijo: ‘¿Sin arco cómo puedes disparar flecha y sin flecha cómo
          puedes dar en el blanco?’. Así, se valieron a la vez del arco y de la flecha y Yi les enseñó a los
          dos hombres a disparar”. Si no logramos el arco y la flecha, la práctica y la teoría, el trabajo
          manual y el trabajo intelectual, la eficacia y la eficiencia, la ciencia y la conciencia, el blanco al
          que apuntamos será más difícil de acertar. Raúl Leis, en: Apuntes sobre metodología y práctica
          transformadora.

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