Page 276 - Encuentros descoloniales Memorias de la primera Escuela de Pensamiento Descolonial Nuestramericano
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276 De la falla metabólica a la Héctor
reconstrucción De la viDa Alimonda
EncuEntros millones en el año 2000 y a 160 millones en el año 2011. Al mismo tiempo,
se comprueba que estos datos globales implican una notable concentración
en ciertos países, justamente aquellos que por sus características resultan
más viables para la expansión del modelo tecnológico del agronegocio.
DEscolonialEs: En primer lugar en la extensión de estos cultivos estaban en 2011 los
EE. UU., con 69 millones de hectáreas de transgénicos. Lo seguía Brasil,
con 30,3 millones de hectáreas, y estaba en tercer lugar Argentina, con
23,7 millones de hectáreas. Es decir que estos tres países concentran
MEMorias nada menos que el 76,8% de los cultivos mundiales de transgénicos. La
primera autorización para la plantación de transgénicos en la Argentina
fue en 1996, la soja RR (Roundup Ready), siendo Felipe Solá secretario
de Agricultura de la nación.
DE la En su mayoría, estas extensiones cultivadas corresponden a la soja, que
en el caso argentino llega a ocupar más del 50% de la superficie agrícola
del país, aunque también se destacan las variedades transgénicas del maíz
y del algodón. La soja tiene una peculiar polivalencia para los fines de la
PriMEra industria de alimentos para humanos y para ganado, y tratamientos de
manipulación genética han permitido su cultivo en diferentes condiciones
geoecológicas, lo que la ha llevado a extenderse a lo largo de todo el oriente
de América del Sur, desde el sur de la pampa húmeda argentina hasta la
EscuEla región amazónica de Brasil.
Las consecuencias de la implantación de estos cultivos en esa escala son
innumerables, y suficientemente divulgadas. Digamos en primer lugar que
esa extensión ha llevado tanto a la ampliación de la frontera agrícola a costa
DE PEnsaMiEnto de la destrucción de bosques nativos como a la reducción de la biodiversidad
y a la disminución de superficies destinadas a otras producciones, como
la lechera. La intensidad de estos cultivos ha aumentado los fenómenos de
erosión y de pérdida de fertilidad de los suelos, como fue comprobado por
DEscolonial investigaciones de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Pero la soja, además, no viene sola, sino que es acompañada por
paquetes tecnológicos que suponen un uso permanente de agroquímicos,
como el glifosato. Las fumigaciones desde aviones sobre los sembrados de
nuEstroaMEricano soja han producido innumerables casos de cáncer en pequeñas localidades