Page 146 - El cantar del Catatumbo
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Los argumentos son: Chávez es un dictador. Y Chávez
gana por amplísimo margen todas las elecciones que,
como dije, según los observadores internacionales, son
las más transparentes del mundo.
Chávez reprime la libertad de prensa. Y cuando se
los ha desafiado a que digan el nombre de un solo pe-
riodista que haya sido presionado por el gobierno, no
responden.
Chávez está desfondando la economía de Venezuela.
Y en ese año —2011— el PBI del país es de 342mil
millones de dólares, produce tres millones de barriles
de petróleo por día y posee una balanza comercial su-
peravitaria equivalente a 57 mil millones de dólares.
También se intenta reducir la figura de Chávez a la de
un “mero” caudillo. Pero, como es sabido, los caudillos
suplantan en su personalismo lo que debería ser voluntad
y conciencia de las masas. Las conducen, sin elevarlas.
No es el caso del líder bolivariano que dignificó a la
gente permitiéndole el acceso a todos los niveles de la
educación. El argumento ladino intenta oscurecer una
evidencia clarísima: Chávez no fue un caudillo sino un
estadista a nivel internacional, capaz de haber dado un
vuelco transformador a la historia. La derecha reaccio-
naria no puede mostrar ejemplos de esa altura.
El 10 de setiembre, ya de vuelta en su país, Chávez
anuncia que está recuperado. No obstante, en febrero
de 2012, se le detecta otra lesión y es sometido a una
nueva intervención, que no habrá de parar los efectos
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