Page 70 - Ecosocialismo
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Relación entre los derechos humanos y los derechos de la tierra  69



              América del Sur, América Central y África poseen gran parte
           de la biodiversidad, de las materias primas y del agua del planeta.
           Se trata de impedir que los países capitalistas sigan saqueando
           estas riquezas e imponer un nuevo estilo de vida a la huma-
           nidad. No decimos esto con aires megalómanos, sino con una
           infinita humildad. No se trata de jugar a los profetas, sino de apro-
           vechar circunstancias históricas (que pueden cambiar en cualquier
           momento) para cambiar el curso de la historia.
              Una de las materias que deberían estudiar las clases proleta-
           rias es precisamente la historia. No cualquier historia, ni de cual-
           quier manera. Deberían aprender (y aprehender) una Historia
           socioambiental. Se darían cuenta así de la progresión implacable
           de la explotación del planeta por el ser humano y del ser humano
           por otros seres humanos. Y verían, de este modo, cómo esta doble
           explotación ambiental y social llevó a la situación de desequilibrio
           que padecieron sus antepasados y ellas mismas.
              Sabrán que la “riqueza” de las sociedades de consumo es el resul-
           tado de numerosos robos y saqueos nunca imaginados antes en la
           Historia. Todo esto empezó en 1492. Tenemos que estudiar la historia
           socioambiental de  Nuestra América.  La riqueza de unos pocos
           produjo la pobreza o la miseria de las mayorías. Y esta riqueza es el
           producto del empobrecimiento no sólo de la mayoría de los seres
           humanos, sino del mismo planeta. Se trata, pues, de una riqueza que
           produce y seguirá produciendo una pobreza inimaginable.
              Es necesario analizar las acciones reales y las verdaderas
           intenciones de las “eco-industrias” que dicen proteger el ambiente
           (desde luego, sin preocuparse de las sociedades) y ganan muchos
           millardos de euros o de dólares al año. A lo más, se ocupan de la “paz
           social” en el seno de sus empresas, incentivan la “inconciencia” de los
           ciudadanos e impiden su movilización llevándolos a “comprometerse”
           en acciones ambiguas.
              Hay que aprender la historia socioambiental y reflexionar
           sobre lo que estos hechos históricos y presentes pueden producir
           en las generaciones futuras si no se produce una revolución que
           queremos ecosocialista.
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