Page 68 - Ecosocialismo
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Relación entre los derechos humanos y los derechos de la tierra  67



              Los  movimientos  ecologistas  de  estos  países  son  incapaces  de
           aprehender el problema del mal-vivir de la humanidad y de la destruc-
           ción del planeta, porque no son capaces de tomar el poder y realizar
           una revolución ecosocialista. Son casi siempre movimientos (o partidos
           políticos) burgueses que atacan algunos problemas, sin poder o sin
           querer comprender el conjunto de los problemas y su interrelación.
           La burguesía europea y euro-norteamericana (y también la de otras
           regiones del planeta) se proclama la guardiana de lo que ella misma ha
           destruido y sigue destruyendo. Es sólo cuando las condiciones de vida
           de la burguesía empezaron a ser amenazadas por diversos desequi-
           librios ambientales (provocados por la industrialización y la explota-
           ción) que nacieron los movimientos ecologistas en los países ricos.
              Desde hace ya varias décadas, las empresas capitalistas, los
           grandes monopolios y las transnacionales se apoderaron del tema
           ambiental y mostraron su preocupación por el ambiente. Empe-
           zaron a financiar películas ecologistas, manifestaciones ecologistas
           y movimientos ecologistas. Hasta surgió una industria de la protec-
           ción ambiental. Protegen sus intereses y falsean los problemas.
              Es imposible solucionar los problemas ambientales sin solucionar
           los problemas sociales y viceversa. Tampoco es posible solucionar
           estos problemas sin cambiar la manera de vivir impuesta por estos
           mismos países. Por eso, sólo una revolución puede hacer cambiar las
           cosas, y los seres humanos privilegiados no quieren abandonar sus
           privilegios y modificar su manera de vivir. Lamentan la pobreza y la
           miseria, la hambruna y la desesperación de gran parte de la huma-
           nidad, se preocupan por el recalentamiento del planeta, los cambios
           climáticos, la contaminación del aire y las aguas, la deforestación y la
           pérdida de biodiversidad, pero no aceptan cambiar su modo de vida.
              Los ecologistas europeos y euro-norteamericanos muy estu-
           diosos de los desastres ambientales no están dispuestos a consi-
           derar  una  intervención  radical  contra  el  sistema  económico  y
           político. No solamente no son revolucionarios sino que son antire-
           volucionarios. Son particularmente peligrosos porque su discurso
           engaña, sus libros forman parte de una literatura entre científica
           y anecdótica, sus acciones esparcidas dan buena conciencia. Todo
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