Page 43 - Del Tradicionalismo a la Modernidad
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de los demás sectores oprimidos, por su liberación social. Por lo
demás, toda la evidencia disponible indica que no es cierto que el
capitalismo se deje reformar y "socializar" suavemente. Tanto en
los países capitalistas avanzados como en los sub-desarrollados
y dependientes, la burguesía reacciona con energía contra toda
amenaza seria a sus privilegios básicos: es decir, a su propiedad
y control sobre los medios de producción. El fascismo con todos
sus horrores no fue otra cosa, entre 1922 y 1945, que la
reacción extrema y violenta de la burguesía de algunos países
europeos contra el ascenso de las clases trabajadoras y la
amenaza del socialismo. Todas las victorias que los trabajadores
han ganado hasta ahora, fueron el resultado de intensas luchas a
veces sangrientas, y en otros casos caracterizadas por choques
que, sin llegar a la violencia extrema, y hasta en marcadas dentro
de un ordenamiento constitucional, no dejaron de sacudir
rudamente la sociedad. Tampoco se puede esperar que el
capitalismo modifique su tendencia hacia una desigualdad
creciente. No obstante algunos ensayos de "capitalismo' popular
que nunca pasan de ser intrascendentes y engañosos, la
propiedad y el control de los grandes consorcios capitalistas
tienden a concentrarse cada vez más en pocas personas. Pese a
la elevación del nivel de vida material en términos absolutos para
algunos sectores de la clase obrera en los centros desarrollados,
continua en la proletarización (-disminución del número de
pequeños productores independientes y aumento de la cantidad
de asalariados), y la pauperización de las mayorías trabajadoras
relativamente a los estratos más altos de la burguesía. Por último,
para estimar el grado de explotación y de violencia en el mundo
capitalista, hay que examinar a ese mundo en todas sus partes,
incluyendo las regiones dependientes y sub-desarrolladas, donde
millones de sub-proletarios mueren de hambre, y donde las
peores y más violentas formas de opresión se ejercen contra
quienes luchan por la dignidad humana. Esas consideraciones,
en su conjunto, nos hacen rechazar la desviación reformista del
movimiento obrero internacional.
El dogmatismo
La otra desviación a la cual debemos enfrentamos, es la que se
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