Page 175 - De mi propia mano
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compuesta de todas las fuerzas del Perú al mando del general Santa cruz;
siempre se continuaron activamente en los aprestos y parece que estará
pronta para dar la vela del 12 al 15. Resuelta esta expedición, nos convo-
caron hoy a una Junta de Guerra en que parece que trataban de tomar
nuestros votos sobre dicha expedición; y Valdés ni yo concurrimos, él
porque dijo que sólo tenía que hacer lo que yo le mandara, y yo porque
juzgué por una parte, que no convenía a los negocios de colombia ni a
nuestra división presentar obstáculos a una expedición ya resuelta, que está
meditada y dispuesta por Santa cruz conforme a sus miras, y que por otra
parte no está mal calculada con tal que se ejecuten las instrucciones que
se le han dado o que yo he visto. también ha entrado en esta expedición
el influjo de una compañía de comercio que todo lo puede; y en fin por
otras mil razones que heres dirá a ud., pensé que convenía no asistir a la
junta por ahorrar mi voto en ella. Francamente hablando, las bases sobre
que se ha calculado esta expedición son buenas y su fuerza física de más
de 5.000 hombres, son suficientes para los objetos de que va encargada;
mas no sé si sus medios morales bastan a desempeñarlos, y esto es lo que yo
no puedo, ni debo nunca decir en nuestra actual posición. una hora antes
de la junta fui donde el presidente para enterarle de mis razones para no
asistir, y para darle mis opiniones. en la conferencia él se fijó más que en
nada en que yo tomase el mando del ejército y dispusiera lo que creyera
mejor, pero el modo y las circunstancias en que estamos, me aseguran que
nunca el jefe que mande el ejército, siendo otro que ud., podrá hacer más
que ceder a las mismas circunstancias, y ser un cero; así que yo le dije que
nosotros veníamos a obedecer y nunca a mandar, y fijé yo mis observaciones
en manifestarle que calculase la salida de la expedición de Santa cruz bajo
la condición de tener bagajes, víveres, caballería, etc., etc., para nuestra
división y los 2.000 chilenos y argentinos, a fin de movernos a los cuarenta
días de salido Santa cruz; que nosotros marcharíamos por cualquiera
punto teniendo estos auxilios, siempre que la fuerza enemiga sobre quien
nos dirigiésemos tuviera un tercio menos que nosotros, lo cual resultaría
por los movimientos de Santa cruz; y que en fin nosotros serviríamos leal
y generosamente al Perú, si el Gobierno conservaba nuestra división en
su número de fuerza, y mostraba por una conducta franca su interés por
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