Page 174 - De mi propia mano
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partido, de los restos del de los emigrados de Guayaquil, teme a ud. y no lo
quieren y el ministerial muestra al público que sí lo quieren pero influyen
y sostienen en el congreso que debe dejarse a la disposición entera del
ejecutivo. anteayer y ayer se discutió sobre esto en el congreso en virtud
de una indicación que hice a heres, y se resolvió dar a ud. las gracias por
los auxilios enviados, y que el presidente del congreso arreglase con el
ejecutivo si debía o no exigir de ud. su venida a todo trance. Me dicen
que el presidente del estado se contentó con mostrar al del congreso la
gaceta de Guayaquil en que está la invitación hecha a ud. por el general
Portocarrero, y manifestó que por tanto si ud. no venía era porque no
quería. esto me hace dudar de que no es cierto la llamada oficial y en
forma a ud. por los dos diputados que se ha dicho al pueblo no llevaron
a Guayaquil otro objeto que ése. yo he dicho al presidente que ud. no
vendrá sino con la dignidad y el carácter correspondiente al libertador de
colombia y con las facultades necesarias para dirigir la guerra con entera
amplitud en las provincias de asamblea. Siempre se me ha contestado con
palabras agradables pero inciertas, lo cual y el no haber podido lograr ver
los términos en que le llamó por los dos comisionados, me hace creer que
hay falta de sinceridad.
entretanto no saben qué hacerse: los partidos en el ejército son in-
conciliables y no hay otro centro ni otra esperanza de mediación que la
colocación de ud. a la cabeza del ejército aliado. Ningún jefe se conviene
con otro de diferente estado, menos nosotros que decimos que obedecemos
al que se ponga. esta moderación los ha inducido a solicitar que Valdés
o yo tomemos el mando del ejército como la sola esperanza de arreglar
esta contradicción de intereses; pero ni Valdés ni yo tenemos una base de
autoridad suficiente, ni la reputación que se exige para sofocar este cho-
que de partidos; además Valdés o yo no tendríamos el mando del ejército
sino en nombre, y estaríamos reducidos a obrar por el influjo e intereses
particulares careciendo de la amplitud inseparable del que mande en la
posición actual del Perú. Forzosamente, pues, han de recurrir a ud. y es
el único medio de salvarse de la tempestad; acaso lo harán un poco tarde,
pero tendrán que hacerlo.
a mi llegada he encontrado preparada una expedición para intermedios
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