Page 174 - Marx Populi
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Epílogo: El marxismo como constelación
deshumanizada, los levantamientos indígenas en la región andina, la dinámica
asamblearia y la horizontalidad como formas exploratorias, la acción directa,
los entramados comunitarios y el poder popular como maneras de confrontar
con la subjetividad neoliberal, la autonomía insurgente y la ruptura con las
modalidades tradicionales de pensar-hacer política como búsquedas incesantes.
También nos forjamos en la lectura minuciosa de aquellos marxismos que nos
resultaban más potentes en el fragor de la crisis de 2001 y de todo lo inédito
que emergió de aquella coyuntura tan álgida.
En este intenso derrotero, los libros y artículos de Miguel resultaron ser un
insumo fundamental para quienes activamos en movimientos populares, espa-
cios pref gurativos y construcciones de base, no solamente en nuestro país sino
también en otras realidades de Nuestra América, en particular en Venezuela,
Colombia y Chile. Como “teórico-militante” ha sido y es una de las referen-
cias más originales y sugerentes de lo que varios han denominado una nueva
generación intelectual en Argentina. Un intelectual orgánico al pie del cañón,
generoso y comprometido como pocos, con su pesimismo de la inteligencia y
su optimismo de la voluntad siempre a cuestas (nunca tan certera una def ni-
ción para alguien como Miguel).
Luego de leer y masticar las ideas que se lanzan en este libro, se tiene la
sensación de caminar en medio de arena movediza. No hay garantismo alguno
ni inevitabilidad del triunfo si adherimos de manera radical al marxismo que
nos propone repensar Miguel, y menos aún hay punitivismo, como quisieron
imponer las religiones políticas –más marcianas que marxianas– de diversos
pelajes, a través de manuales, pensamientos of ciales e ideologías de Estado,
códigos venerados, rituales y prácticas sectarias, o juicios inquisitorios contra
desviadas, desviados y herejes. Hay, por el contrario, una apuesta o toma de
partido, un jugarse a pleno por el socialismo como horizonte, aunque sin certi-
dumbre ni leyes férreas que lo hagan af orar.
Es un ref exionar desde el abismo, y por eso mismo resulta un pensamiento
urgente y necesario en contextos como el actual, donde la lucha de clases, el
odio racial, la opresión hetero-patriarcal y la confrontación callejera se tornan
más agudas. No para que nos muestre un itinerario –insistimos: no lo hay
y jamás lo hubo, ya que la revolución es por def nición antidef nicional–,
sino debido a que, como solía enunciar Mario Benedetti, frente a los palos de
ciego recibidos, una tarea prioritaria es poder dar palos de vidente, y para ello
el marxismo como anteojera, brújula orientativa y constelación rebelde aún
constituye el horizonte insuperable de nuestro tiempo histórico, lo cual desde
ya nunca deber equivaler a endogamia ni autosuf ciencia.
La literatura y el arte, el ensayo y la música popular, las pinturas e ilus-
traciones, en muchas ocasiones nos han permitido –al menos en Argentina,
pero estimamos que también en el resto de Nuestra América– leer de
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