Page 84 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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82  Medófilo Medina



             el tiempo durante el cual se desarrolla una relación muy activa de las
             luchas por la liberación que se desencadenaron en las unidades admi-
             nistrativas de los imperios español y portugués. Se articularon grandes
             conjuntos, al menos cinco, dentro de los cuales operaron modelos de
             cooperación bélica: 1) Nueva España; 2) Capitanía General de Guate-
             mala; 3) Virreinato de la Nueva Granada, Capitanía General de Vene-
             zuela, Audiencia de Quito; 4) Virreinato del Perú; 5) Virreinato del Río

             de la Plata, Audiencia de Charcas, Capitanía General de Chile, Banda
             Oriental. De esos conjuntos saldrían diversos Estados-nación apenas
             trascurrida la Independencia.
               Si se toma como campo de observación al gran dominio territorial

             que desde el decenio de 1860 se empezó a denominar América Latina y
             se adiciona el Caribe insular, es necesario extender hacia atrás los límites
             del proceso la Independencia cuya cronología no se iniciará con la pro-
             clamación de las juntas de Chuquisaca, La Paz o Quito en 1809, sino el
             4 de abril de 1790 cuando se inicia el movimiento de independencia en
             la Colonia francesa de Saint Domingue.
               Bolívar y el presidente de Haití, Alexandre Pétion, establecieron entre

             finales de diciembre de 1815 y primeros días 1816 la relación entre dos
             vertientes del movimiento de la Independencia latinoamericana. Bolí-
             var había arribado al Caribe peninsular a mediados de mayo de 1815.
             El 6 de septiembre de ese año fechó su escrito genial: la llamada Carta
             de Jamaica que es una teoría sobre América Latina y al tiempo una
             estrategia continental de la guerra. En ese documento Bolívar expresa
             su decepción sobre la negativa de Inglaterra y de los Estados Unidos de
             apoyo a la independencia.

                   Sin embargo —manifiesta al respecto—, ¡cuán frustradas han
                 quedado nuestras esperanzas; no solo los europeos, pero hasta
                 nuestros hermanos del norte, se han mantenido inmóviles es-
                 pectadores de esta contienda; que por su esencia es la más justa,
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