Page 554 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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552   Valmore Carrero



                 Excelencia para ocuparme de dibujar su fisonomía. El Liberta-
                 dor se sienta unos pocos segundos, y se levanta preguntando si
                 con eso basta, cuando aún no había tenido tiempo el pintor de
                 comenzar su trabajo. ¡Tal es la vivacidad de aquel gran hombre!
                 Entonces el artista le indica respetuosamente que su Excelencia
                 debe permanecer un ratito en completa quietud. Un imposible
                 para el Libertador quien le replica cruzado de brazos: ¿Pretende
                 usted acaso que yo permanezca inmóvil como una estatua? 29

               Cualquiera haya sido la experiencia en aquel momento y de cuál de
             varios retratos que haya pintado Figueroa con Bolívar frente a sí, cabría
             preguntarse si este pudo captar bien los rasgos faciales del Libertador en

             su obra, pues si como consta en la cita antes expuesta no era cosa fácil
             mantener al ilustre prócer en rígida pose de modelo, ya que sujetar al
             Libertador a semejante tarea nunca fue faena fácil para los pintores que
             lo abordaron en el empeñoso trabajo de retratarlo, y es que el Liberta-
             dor, conocidas sus múltiples ocupaciones, tanto administrativas como

             militares llevadas a cabo desde establecido el Congreso en Angostura y
             siendo al mismo tiempo jefe del ejército y presidente de la República,
             no debió tener el tiempo de sosiego como para dedicarse a la vanidosa
             acción de posar para un retrato, al menos por el tiempo que exige la
             realización de uno verdadero, por ello el autor de Las estatuas de Bolívar
             en el Mundo Rafael Pineda afirma que:

                   Desde entonces será difícil que los pintores y, de haberlo sa-
                 bido, los escultores, pueden dar alcance a quien Guillermo Va-
                 lencia llamaba “el hombre-tempestad (…) De modo que los
                 artistas, sobre todo los pintores, deben conformarse con imagi-
                 nárselo, ausente o presente que esté en aquellas raras oportuni-
                 dades en que Bolívar posa para ellos” (…) “Arrebatado por las
                 urgencias, a ratos retratado por los pintores que tienen de él una


             [29]_ Enrique Uribe White. Iconografía del Libertador. Salomón Editor, 1987, p. 60.
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