Page 154 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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152 José Marcial raMos Guédez
el régimen esclavista en función de sus intereses económico-sociales.
Posteriormente, después de la Declaración de la Independencia el 5 de
julio de 1811, los diputados patriotas, representantes de las provincias
de Margarita, Mérida, Cumaná, Barinas, Barcelona, Trujillo y Caracas,
reunidos en Congreso Nacional, aprobaron el 23 de diciembre del año
aludido, la primera Constitución Republicana, en la cual se mantuvo la
misma propuesta emitida por la Junta Suprema de Caracas, tal como lo
podemos ver en la siguiente cita:
202. El comercio inicuo de negros prohibido por decreto de
la junta Suprema de Caracas en 14 de agosto de 1810, queda
solemne y constitucionalmente abolido en todo el territorio de
la Unión, sin que puedan de modo alguno introducirse esclavos
de ninguna especie por vía de especulación mercantil (Vene-
zuela, Congreso. La Constitución federal de Venezuela de 1811 y
documentos afines, 1959, 204)
En el contexto de los hechos antes mencionados, el Generalísimo
Francisco de Miranda (1750-1816), después de ser nombrado Jefe
Máximo de los ejércitos de Venezuela, observó que su gobierno, se en-
contraba amenazado por diferentes situaciones conflictivas, tanto en el
campo militar como en el político, económico y étnico-social: subleva-
ción de los esclavizados negros, zambos y mulatos en Barlovento, Valles
del Tuy y Litoral Central, los triunfos militares de Francisco Montever-
de y sus aliados en diferentes regiones y ciudades del país, escasez de
alimentos, devaluación de las monedas, el terremoto del mes de marzo
de 1812, etc. Ante tales hechos, decidió Miranda, poner en práctica un
conjunto de medidas para salvar a la República, siendo una de ella: pro-
mulgar un decreto con el apoyo de la Cámara de Representantes del Es-
tado soberano de Caracas, en el cual, se le otorgaría la libertad a mil es-
clavizados, siempre y cuando estos, se incorporaran al ejército patriota.
(Miranda, 1950, Tomo XXIV, 413). Sin embargo, todos los esfuerzos