Page 15 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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INTRODUCCIÓN
Explorar los rastros de la época,
edificar un nuevo paradigma continental
Gerardo Szalkowicz
La Habana, 15 de noviembre de 1999, ix Cumbre Iberoamericana de
Jefes de Estado. El presidente venezolano sorprende con un provo-
cador discurso en su debut en la arena internacional. En medio de
aplausos obligados y caras incómodas, Fidel Castro le hace llegar
un rústico papelito doblado: “Chávez: siento que ya no soy el único
diablo en estas cumbres”.
El paisaje regional empezaba a mutar. Antes y después de aquella
anécdota, un derrotero de potentes levantamientos populares logra-
ba ponerle freno, en algunos países, a la voracidad neoliberal. A la
par, quedaba al desnudo la aguda crisis de representatividad de la
partidocracia tradicional. Era la hora del arribo de gobiernos y líde-
res de nuevo tipo. No se puede comprender la etapa transcurrida en
este siglo sin dimensionar los procesos de lucha que la antecedie-
ron, o más bien: fueron los pueblos resistiendo en las calles los que
determinaron la irrupción del ciclo progresista en el continente.
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Si centramos el foco en las esferas estatales, la partida de na-
cimiento de este proceso de cambios podría fecharse el 6 de di-
ciembre de 1998, cuando Hugo Chávez apabulla con el 56,2 por
ciento de los votos a Acción Democrática y Copei, los partidos
que se repartían el poder en Venezuela desde el Pacto de Punto
Fijo en 1958. Luego iría tomando dimensión regional con la con-
quista del gobierno por parte de diversos proyectos alternativos
en Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Hondu-
ras, Nicaragua y El Salvador.
La consolidación de este variopinto de gobiernos fue dibujando
un cambio de época en América Latina y el Caribe, una nueva
1. Una argumentación sobre la validez de la denominación genérica “ciclo progresista”
para caracterizar el período que analizamos puede leerse en el artículo “Apuntes para el
reimpulso”, pág. 201.
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