Page 7 - Yo quiero ser como ellos
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BOLÍVAR CLÁSICO Y CAUCÁSICO
Andrés Eloy Blanco pedía que le pintaran angelitos negros,
el presidente de la Asamblea Nacional en 2016 pidió que le
llevaran un Libertador “clásico”, antes de ordenar echar a la basura
todos los retratos de Simón Bolívar donde, según su apreciación
racial, el prócer se le antoja “amulatado”. No existe tal pintura y,
según Arturo Uslar Pietri, no hay dos retratos de Bolívar que se
parezcan. Luego, solo uno debe ser auténtico, “clásico”, y todos
los demás falsos, como se calificó al que “aventaron” del Palacio
Federal Legislativo en una triste hora de la patria.
En sus Memorias, el General O’Leary describe que Bolívar
tenía “la nariz larga y perfecta, la boca fea y los labios algo gruesos…
la piel morena y algo áspera”. Esta descripción de quien fuera su
edecán, no coincide con ese Bolívar “clásico” de nuestra moneda,
con ese perfil de emperador romano, pero sí mucho más con la de
la poetisa María Mercedes Carranza, para quien el héroe “más
que un físico a lo galán de Hollywood/ tenía el ademán mestizo de
una batalla perdida”. Es este el mismo rostro que divisó Neruda
“una mañana larga, en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento”,
cuando le habló “mirando el Cuartel de la Montaña”.
La historia, asentó el viejo Marx, se repite una vez como farsa
y otra como tragedia. Cuando murió el Libertador, la oligarquía
venezolana redactó un proyecto de ley que pautaba quitarle todos
los títulos de honor y gloria que se le concedieron, y ordenaba “que
en medio de la plaza de armas se quemen todos los monumentos de
glorias concedidos a un hijo espurio que pretendió clavar el puñal