Page 41 - Todo César: Panorama de vida y obra
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Un HOMBRE La anticonquista en César Rengifo no es una nueva versión del antihispanismo
de otra versión de la “leyenda negra”, contrapuesta a una “leyenda dorada”. César
dE lA no confunde el elogio a la conquista hispánica con la defensa legítima de la
herencia hispánica. Por el contrario, tiene clara conciencia de que avalar cual-
quier conquista del pasado (o del presente) tiene repercusiones actuales y es una
ANTICONQUISTA manera de legitimar cualquier conquista del presente o del futuro.
Es necesario señalar que la neocoquista del petróleo deja en minusva-
lía cultural e histórica a las herencias indígena y africana, pero también a la
herencia hispánica. Los mismos hispanocentristas, al menos los más lúcidos,
se hacen antiimperialistas frente a la subcultura del petróleo como nueva arma
de reconquista y de recolonización de nuestros pueblos y culturas. Y especial-
mente, frente al pitiyanquismo tecnocrático de sus élites desnacionalizadas. Por
eso sostenemos que el tema de la anticonquista en César Rengifo transversa-
liza toda su obra. No es solo por el hecho de haber rechazado la Orden Diego
de Losada o por su dramaturgia específicamente indígena: Oscéneba, Curayú o
El Vencedor, Apacuana y Cuaricurián. Su visión de la anticonquista atraviesa su
dramaturgia, su pintura, su muralismo y buena parte de su ensayística. Es, de
paso, uno de los rasgos de su inconfundible originalidad a favor de los pueblos
indígenas, afroamericanos, criollos y mestizos múltiples.
Un pedagogo de la descolonización estética
César Rengifo tenía clara conciencia de la urgencia de reintegrar el arte a la
vida y la cultura a la naturaleza, restablecer la cadena de la vida para cuestionar
de fondo toda conquista, incluso la conquista de la naturaleza. La estética, por
otro lado, no debe ser el privilegio de castas, clases y estamentos. Y cuando el
artista desea crear, puede llegar a hacerlo en las condiciones más adversas, de
mayor derrota. También destaca que en la Guerra Federal, por ejemplo, había
como 1.000 periódicos, y en un pueblo analfabeta existían los llamados lecto-
res colectivos (en un encuentro de oralidad y escritura compartida). El teatro
mismo es ya un puente entre oralidad y escritura.
En su dramaturgia está el lenguaje llano de los de a pie, entreverado por una
estética que no oculta las encendidas contradicciones sociales y humanas; y por
el contrario, las expresa en una poética donde se encuentran el mundo indí-
gena y el hispánico.Habla el indígena y el campesino aindiado de los Andes, los
desgajados de sus territorios por las guerras civiles y la emancipación; luego, el
El cultor en su taller, hacia 1979. Cortesía de la familia Rengifo.
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