Page 27 - Todo César: Panorama de vida y obra
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CÉSAR RENGIFO:                                            Existen  hombres  cuyo  tiempo  los  define  y  ellos  definen  su  tiempo.  César

                                                                                   Rengifo, mi padre, fue uno de estos hombres.
                            QUEHACER Y                                             sus acciones, su presencia en el recuerdo, y sus palabras–porque tenía el don de
                                                                                     Once años han transcurrido desde que murió y aún aviva la cotidianidad de


                                                                                   la palabra esclarecedora–, quizá por eso, desde que tengo uso de razón recuerdo
                                            HOMBRE                                 su taller siempre lleno de gente joven, y no tan jóvenes, que venían hasta él para
                                                                                   escucharlo mientras trabajaba.
                                                                                     Diluía  los  colores  cuidadosamente;  colocaba  los  trocitos  pastosos  de  óleo
                                                                                   sobre los bordes de la paleta en precisa proporción y luego, con el pincel apenas
                                                                                   untado  en  aceite,  tomaba  cantidades  mínimas  que  iba  mezclando  mientras
                                                Hoy más que nunca, el arte         hilvanaba  ideas,  una  tras  otra,  con  asombrosa  coherencia.  Entonces,  con  un
                          ha de ser clara militancia al servicio del hombre...     ancho pincel y en rápidos trazos horizontales, iba cubriendo la tela con sus espe-
                             Yo creo en el arte en función de la humanidad.        ciales azules y los luminosos amarillos con que expresaba sus horizontes espe-
                                                                                   ranzadores. Y el visitante –incansable escucha– no sentía el caer imperceptible
                                                                      C.R.         de la tarde.
                                                                                     Por lo general, esos largos monólogos tenían un contenido político. Muchas
                                                                                   veces se referían al teatro o al tema que en el momento pintaba, pero de cual-
                                                                                   quier manera el asunto que le interesaba tenía inmediata actualidad, en el país
                                                                                   o fuera de él. Actualidad política, por supuesto. Y es que su vida fue en sí misma
                                                                                   un acto político, porque la ató a su trabajo en un mismo haz, plenamente cons-
                                                                                   ciente de hacerlo. Decía: “No hay arte sin ideología, como ninguna actividad
                                                                                   humana que no sea política (...). En consecuencia, la creación de todo artista es
                                                                                   una creación político-social, aun cuando la intención del artista al crear no sea
                                                                                   específicamente esa...”. Y tenía que ser así, si consideramos que el tiempo que
                                                                                   vivió puede definirse como el de la epifanía de la Venezuela que hoy vivimos en
                                                                                   todos sus matices. Fundamentalmente en el aspecto al que hacemos referencia.
                                                                                     En efecto, nació en 1915, cuando en el país se entronizaba con la mayor fuerza
                                                                                   el poder personal y omnímodo de Juan Vicente Gómez, y cuando se debatía
                                                                                   ante el asombro que significaron el moderno instrumental bélico con que se
                                                                                   perpetraba la Primera Guerra Mundial y el inicio de las transmisiones radiales,
                                                                                   que reducirían las dimensiones comunicacionales entre los pueblos de manera
                                                                                   dramática.  Un  año  antes  había  sido  perforado  el  primer  pozo  petrolero  de
                                                                                   verdadera importancia comercial para el país, con él se torcería definitivamente
                                                                                   el lento proceso de crecimiento económico que la joven república había tonifi-
                                                                                   cado con el paso del tiempo, a pesar de todas las revueltas decimonónicas y de

                 1957. Cortesía de la familia Rengifo.                             los malos gobiernos.
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