Page 207 - Todo César: Panorama de vida y obra
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CÉSAR RENGIFO                                           Desde la segunda mitad del siglo pasado, la dramaturgia latinoamericana se
                                                                                   ha expresado en una búsqueda de la realidad presente y pasada, como intento
                                                                                   de reflejar comportamientos humanos en el conflictivo medio circundante. Las
                y lA BÚSQUEDA                                                      transformaciones sociales, el enfrentamiento por el poder político, la penetra-

                                                                                   ción de intereses económicos extranjeros, las olas inmigratorias y sus conse-
                                                                                   cuencias, la explotación de las materias primas y otros aspectos afloran en la
             dE lA REALIDAD                                                        creación del uruguayo Florencio Sánchez, del argentino Eduardo Gutiérrez, del
                                                                                   chileno Antonio Acevedo Hernández o del cubano José Antonio Ramos.
                                                                                     El teatro ratificaba una vez más el aserto de ser el testigo de la realidad que
                                                                                   reflejaba. Quien continúa y profundiza en esa aprehensión de la realidad, inter-
                                                                                   pretándola en diferentes épocas y penetrando en sus raíces, es César Rengifo:
                                                                                   seres vivos, casi anónimos, permiten acercarse a la geografía y pasado de Vene-
                                                                                   zuela, en un viaje a partir de la isla de Cubagua en 1543 hasta el casi inmediato
                                                                                   1980, año en que el escritor, poeta, ensayista, maestro, pintor, periodista, en fin,
                                                                                   el extraordinario humanista, desapareciera. Desde el tema indígena –Oscéneba–
                                                                                   pasando por los años duros de fines de la Colonia y la lucha por la Independencia
                                                                                   –Manuelote, Soga de niebla, Esa espiga sembrada en Carabobo– para desembocar en
                                                                                   la etapa crítica de la Guerra Federal –Un tal Ezequiel Zamora, Lo que dejó la tempes-
                                                                                   tad, Los hombres de los cantos amargos–, por vía de ejemplo, constituyen algunas
                                                                                   muestras de una creación volcada en decenas de títulos, en los cuales el autor
                                                                                   pugnó por ahondar en el conocimiento de la trayectoria histórica venezolana.
                                                                                     La historia descrita por César resulta, como en el decir de Miguel León Porti-
                                                                                   lla y de Miguel Ángel Asturias, expresada en el “lenguaje de los vencidos”. En
                                                                                   otras palabras, asumiendo el bando de los que construyen el mundo y lo hacen
                                                                                   caminar con esas manos creadoras que han moldeado nuestra América a piedra
                                                                                   y  cincel,  trazando  caminos,  levantando  pirámides  o  fortalezas  como  Machu
                                                                                   Picchu, dejando uno de los testimonios más bellos y menos conocido en este
                                                                                   transitar de siglos por la especie humana. En este bando estuvo César. Su teatro,
                                                                                   como la totalidad de su vasta y variada obra, está marcado por un signo espe-
                                                                                   ranzador. Cubagua desapareció por causas telúricas, sus nativos esclavizados
                                                                                   para la búsqueda de perlas, pero a través de la trama ubicada en la Nueva Cádiz,
                                                                                   como la llamara el invasor, la rebeldía, el rechazo al invasión y la acción liberta-
                                                                                   ria están presentes en Oscéneba, que significa “amor” en lengua caribe.
                                                                                     Desde esta obra, Oscéneba, la trayectoria dramatúrgica de Rengifo inicia un
                                                                                   largo desenrollar de caminos, como un prolongado desfiladero abierto entre
                                                                                   cerros, cruzando siglos, hasta instalarse en nuestros días. Curayú o El Vencedor,
             Las cocuizas, 1971. Óleo sobre tela, 50x41cm
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