Page 307 - Soy tu voz en el viento
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Arriba, red tendida, aire con aire en agua confundido,
               vigías vigilantes, clarines de botuto,
               el salto palpitante de los peces,
               el camino de escamas y conchas de moluscos,
               el pueblo entero trayendo hacia la playa
               el plateado cardumen prisionero.


               V


               La Caranta, bastión de insular heroísmo,
               su avalancha de piedras precipita en la costa
               en la estrecha medialuna que cierra la bahía
               tajamar que cercena los marullos;
               los barcos de la flota pescadora se mecen apacibles,
               recogidas las velas, listos los aparejos
               esperando la hora de zarpar.


               El océano abierto de lejano miraje
               se precipita con ímpetu bravío
               sobre los acantilados de la costa
               y regresa vencido, contra la piedra arisca torturado,
               sus gárgaras de espuma se deshacen
               con trepidar sonoro en la negra y profunda garganta
               de la impasible Cueva del Bufón.
               Allí tu límite sobre los mil caminos del agua desvelada,
               alba de luna salpicada de luceros,
               pañuelos izados por la brisa para la despedida
               o donde se estira el grito caluroso del regreso.

               VI


               Cuajada de la ola en su vaivén constante
               la lustrosa calcita marinera
               emergió de las ondas engastado en espumas
               farallón, piedra anular para tu dedo,
               su brillo a la distancia conduce a los viajeros
               para llegar hasta la palma de tu mano extendida
               en generoso impulso de la entrega;
               sobre él revolotean y anidan los pájaros:
               alcatraces, gaviotas... dueños de mar y cielo.


               Ámbito de la luna y las estrellas,
               azul con otro azul confundidos,
               el círculo cerrado de tu celeste flama,
               en las noches palpita vagoroso




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