Page 131 - Soy tu voz en el viento
P. 131

sigue rodando inerte;
               el hombre sigue erguido en su mundo de piedra,
               mineral solamente.

               Todo cuanto sus sueños aprisionan
               es polvo con la lima del tiempo arrancado a la piedra,
               polvo que gira en el viento eternamente.


               Pero si somos piedra, ¿quién alienta el suspiro,
               hace crecer las lágrimas, inflama la emoción ante las cosas?
               ¿De dónde nace el beso y crecen las raíces del amor?
               ¿Este afán insondable de surgir con la vida,
               de penetrarlo todo: de la hierba a la rosa,
               del viento y su bramido, del arrullo del pájaro,
               del susurro del río, del rocío en la hoja,
               de la espiga y del grano, del polen en la brisa,
               del trueno y el relámpago, de qué fuente se nutre?
               ¿Por qué secreta alquimia agua y piedra se juntan
               en sangre convertidas y son hueso y latido,
               corazón amoroso o cerebro que piensa?


               Es la vida que crece de lo inerte.
               Dentro de sus retortas calientes que el mundo no detiene
               es reverberación el humano destino.
               En su cruce prodigioso de metales dormidos
               el carbón se transforma en diamante a fuego lento,
               hidrógeno y oxígeno calman tu sed en agua convertidos,
               el mar es agua en donde bebe el Sol y hace las nubes
               y agua y sal y piedra es el cuerpo y sus huesos.

               No desprecies las piedras que te cierran el paso,
               hay piedras desvalidas pero no sin valor.
               En ellas va la vida, arroyo murmurante sobre lecho dispar,
               cristal en que la luz y la sombra se quiebran,
               reflejos de los astros que giran infinitos,
               pupila torturada, abierta herida
               por donde corre la nocturna sangre
               en el claro latido que termina en la aurora.

               Las piedras son la sustancia del hombre
               que aprecia lo que valen en su mundo dos cosas.













                                                131




       15 x 28 Yo soy la voz del tiempo poesía reunida.indd   131                14/01/13   16:28
   126   127   128   129   130   131   132   133   134   135   136