Page 51 - Sencillamente Aquiles
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aquiles nazoa
Pero no bien pegó un ojo
vio en sueños la fantasía
de un ángel que le decía:
—Viejito, no seas tan flojo.
Huye a Egipto con tu esposa
y el fruto de su barriga,
porque aquí color de hormiga
se está poniendo la cosa.
Pues con creciente cariño,
y en cualquier lugar que sea,
ya no se habla en Galilea
de otra cosa que del Niño.
En el revuelo causado,
por un niñito tan tierno,
algo hay que a nuestro gobierno
le huele a perro mojado.
Y así Herodes ha prescrito
que a todo niño de cuna
sin diferencia ninguna,
le corten el pescuecito.
O enconchas, pues, al nené
o lo raspa el rey Herodes;
así que no te incomodes
y alza arriba, San José.
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