Page 54 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
con su machete en la mano
continuaba la movida.
Blandiendo dicho aderezo
ninguno se la ganaba.
Muchachito que encontraba,
muchachito sin pescuezo.
Era un tipo muy maluco:
mediante el famoso truco
del pajarito sin cola,
degollaba a los chiquitos
diciéndoles, pobrecitos,
—Baja la trompa, mapola.
Convirtió así su poblacho
en una carnicería
donde no se conseguía,
sino carne de muchacho.
Y en cuanto a José y María
yo por mi cuenta discurro
que el cuerpo les quedaría
tras tan larga travesía
más estropeado que un churro.
Quedarían como aquellos
a quienes tumba un susurro,
y si así quedaron ellos,
¡cómo quedaría el burro!
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