Page 53 - Sencillamente Aquiles
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aquiles nazoa


                     que alguno de esos pescuezos
                     resulte ser el del Niño.

                     Él les ofrece alfondoque
                     y arepita y empanada
                     y después con un estoque
                     los mata de la estocada.

                     Así habló el santo bendito,
                     y así contestó su esposa:
                     —Caramba, si así es la cosa.
                     tienes razón, Joseíto.

                     Si la cosa está tan fea
                     como tú la estás pintando,
                     de aquí hay que salir raspando
                     en burro o en lo que sea.

                     Por huir de ese carrizo
                     y de su espada filosa,
                     yo me voy en cualquier cosa,
                     no digo a Egipto: ¡Al chorizo!

                     Vamos a buscar posada
                     a alguna tierra apartada
                     donde nos tengan cariño
                     y no le corten al Niño
                     ni la cabeza ni nada.


                     Así emprendieron la huida
                     mientras Herodes, ya en vano,



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