Page 47 - Sencillamente Aquiles
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DECÁLOGO DEL BUEN BOMBERO








              1° Recuerda ante todo, ¡oh hermano!, que entre tú y el
              fuego se ha declarado una guerra a muerte en la cual tu
              primer deber es no dejarte chivatear por él. A este res-
              pecto, ten en cuenta que un incendio es una especie de
              reparto forzoso de bienes donde las víctimas, una vez des-
              truidas por la candela la mitad de sus propiedades, hacen
              llamar a los bomberos para que vengan a caerle a hachazos
              a la otra mitad.


              2° Recuerda que la más importante de tus tareas no es
              apagar los incendios, sino ofrecerle un buen espectáculo a
              la turba de muchachos que se paran a ver afuera. Por tanto,
              aunque el incendio para el que te han llamado se haya pro-
              ducido en un sótano, no pierdas tu costumbre de montarte
              a apagarlo por el techo, tirando para abajo treinta o cuarenta
              tejas cada vez que le des un tirón a la manguera.

              3° Actúa en todos los casos con serenidad y precisión.
              Cuando seas llamado a apagar un incendio, al llegar al
              lugar de los sucesos cerciórate bien de cuál es la puerta de
              la que sale el humo, para que a la que le caigas a hachazos
              sea a la de al lado.


              4° No dejes perecer a los animales. Cuando el incendio se
              hubiere declarado en una casa donde haya perros, el buen

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