Page 448 - Sencillamente Aquiles
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VENEZUELA LIBRE ASOCIADA
O LA GENERACIÓN DEL 5 Y 6
Nos encontramos en los aristocráticos salones del club
campestre Los Cuartillos, la tarde de un domingo. En el
salón de recreo, algunos de los miembros más distinguidos
juegan dominó. Todos están sin saco, con el sombrero
puesto, las elásticas caídas sobre los fondillos, los panta-
lones desabrochados a la altura de la barriga y un cigarro
detrás de la oreja. En la biblioteca y discoteca —llamada
también billoteca y discotea por los miembros más nuevos—
hay una motorola que toca un concierto de música clásica a
base de «Júrame», la Serenata de Schubert y «Estrellita» en
inglés. Por todas partes se ven educativas tablitas que dicen:
«Se prohíbe escupir en las matas», o bien: «Sea decente. No
bote cabos de tabaco en la piscina». De paso para el jardín
viene una tal Cuchi, dama bastante antigua, más cursi que
mondongo en copita y fea como el cará. Como hoy es uno
de los días señalados por el reglamento del club para que
sus miembros vistan el traje típico venezolano, la tal Cuchi
lleva una sencilla indumentaria criolla, consistente en unas
alpargatas blancas de esas que dicen «Souvenir of Vene-
zuela», unos pantalones de los llamados pescadores y una
cotica bordada con motivos tropicales. Con todo lo cual, lo
que Cuchi parece no es precisamente una persona decente,
sino un «pato» disfrazado de apache. Cerca de ella hay
otras dos socias del aristocrático club que en ese momento
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