Page 444 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
y Adán está más furioso
que un loco en ferrocarril.)
ACTO IV
Sale Adán junto a la fuente
jugando con una rana,
diversión intrascendente
muy propia de un inocente
que no ha comido manzana.
Y es aquí cuando Eva llega
con un traje tan conciso,
que se le ve El Paraíso
por la parte de La Vega.
eva:
Adán, ¿por qué tan callado?
Dime, amor, ¿qué te resiente?
adán:
Que entre tú y esa serpiente
me tienen muy disgustado.
eva:
¡Pero si todo es en chanza!
¡y esa culebra es tan mansa
como el caballo y la cebra!
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