Page 118 - Sencillamente Aquiles
P. 118

AL NAZARENO DE SAN PABLO








                   Tú que fuiste, Señor, tan dulce y bueno,
                   y que tan noble corazón tuviste;
                   tú que consuelo le brindaste al triste
                   y el dolor tuyo hiciste del ajeno.


                   Tú que en nieve trocaste el torvo cieno
                   y en dulce vino el agua convertiste,
                   y en premio a tanto amor como el que diste
                   te dieron una cruz, ¡oh Nazareno!

                   Vuelve ahora a nosotros tu mirada
                   y si tu corazón aún se apiada
                   por lo que el hombre sufre y lo que llora.


                   Entonces, ¡oh, Jesús!, en esta hora
                   nuestro clamor escucha y nuestros lecos.
                   ¡Y líbranos, Señor, de los adecos!
















                                      118
   113   114   115   116   117   118   119   120   121   122   123