Page 116 - Sencillamente Aquiles
P. 116

AMOR, CUANDO YO MUERA…








            Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda,
            ni llores sacudiéndote como quien estornuda,
            ni sufras «pataletas» que al vecindario alarmen
            ni para prevenirlas compres gotas del Carmen.


            No te sientes al lado de mi cajón mortuorio
            usando a tus cuñadas como reclinatorio;
            y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame,
            no te le abras de brazos en actitud de ¡bésame!

            Hazte, amada, la sorda cuando algún güelefrito
            dictamine observándome, que he quedado igualito.
            Y hazte la que no oye, ni comprende, ni mira,
            cuando alguno comente que parece mentira.


            Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda.
            Yo quiero ser un muerto como los de Neruda;
            y, por tanto, amada, no te enlutes ni llores.
            ¡Eso es para los muertos estilo Julio Flórez!

            No se te ocurra, amada, formar la gran «llorona»
            cada vez que te anuncien que llegó una corona;
            pero tampoco vayas a salir de indiscreta
            a curiosear el nombre que tiene la tarjeta.



                                      116
   111   112   113   114   115   116   117   118   119   120   121