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¿Por qué se ha reducido el territorio venezolano?   Earle Herrera



 la política interna de Venezuela. No obstante, en 1987, la gue-  vez Chile y Perú por la salida al mar para Bolivia, etc., etc.,
 rra no fue fantasma ni invención, sino una posibilidad cierta   reflejan un panorama delicado entre países de América Latina
 y cercana cuando la corbeta colombiana Caldas incursionó en   por diferencias fronterizas. Países subdesarrollados, del Tercer
 las aguas territoriales del país en el Golfo de Venezuela. Poco,   Mundo, socios en distintos pactos y acuerdos regionales, her-
 muy poco faltó para que los dos países trataran de dirimir con   manados histórica o geográficamente, que llegan en muchos
 las armas un diferendo que no ha encontrado solución en los   casos a tensas relaciones –a veces con desenlace bélicos– por
 salones de las cancillerías.  controversias territoriales.
 Lo cierto es que, en el siglo pasado, no hubo confrontación   Se pierden vidas y esfuerzos, tiempo y recursos en luchas y
 armada con los países limítrofes, pero en cambio, la nación   enfrentamientos por problemas que pudieran resolverse por
 estaba infestada de caudillos y guerras, guerrillas, montone-  las vías que establece el derecho internacional. Pero intereses
 ras y revueltas que hacían de Venezuela una república dividida   internos y foráneos, ya por los recursos existentes en las zonas
 e inestable, que más que ocuparse de sus asuntos fronterizos   en litigio, ya por los intereses sin patria de la industria bélica
 debía atender la caótica situación interna. Esto, por supuesto,   mundial o por las disputas geopolíticas de los centros hege-
 no lo ignoraban Brasil, Nueva Granada ni Gran Bretaña y, a la   mónicos del planeta, ensombrecen el panorama, exaltan las
 larga, le sacaron buen provecho.  pasiones y desvirtúan las perspectivas para conducir a salidas
 Hoy como ayer, la guerra tiene sus apologistas en Venezue-  que no son tales y que solo llevan al callejón ciego de la guerra.
 la y en los países con los que se sostienen disputas fronterizas.   Aunque duela decirlo, los países latinoamericanos se han
 Cierta prensa, de tiempo en tiempo, informa a la colectividad   vuelto sospechosos entre sí. La necesaria integración regional
 acerca de «movimientos sospechosos» de parte de los otros   amenaza con romperse por las fronteras, cuando la unidad de
 países y suministra datos que, a falta de citar su procedencia,   nuestros pueblos es tan necesaria y vital para enfrentar pro-
 nada impide sospechar que son inventados en las mismas salas   blemas comunes y colosales como son la deuda externa de 400
 de redacción. También circulan por allí libros, folletos y pas-  mil millones de dólares y el mismo subdesarrollo con todas sus
 quines que, con respecto a Colombia principalmente, llaman   consecuencias económicas, sociales y culturales.
 a posiciones guerreristas y pretendidamente patrióticas. Del   Este contexto no se puede perder de vista a la hora de anali-
 otro lado de la frontera, la cuestión no es más serena y las cla-  zar los problemas fronterizos del país. La guerra es deplorable
 rinadas previas a la batalla también encuentran eco en diversas   pero es una posibilidad real. Y tiene adeptos y fanáticos dentro
 publicaciones.   y fuera de Latinoamérica. Ningún factor, interno o externo, se
 Abonar el terreno de la guerra no resulta muy difícil. Amé-  debe pasar por alto si se quiere entender la situación y prever
 rica presenció, a comienzos de 1981, un enfrentamiento arma-  sus perspectivas.
 do entre Ecuador y Perú por cuestiones limítrofes. Chile y Ar-  En cuanto a Venezuela, su diplomacia ha salido mal en los
 gentina, Honduras y El Salvador, Colombia y Nicaragua, otra   más importantes litigios fronterizos. La pérdida territorial y el


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