Page 20 - ¿Por qué soy chavista?
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                                                                                                                 20!

                           un  diseño  superior  al  que  poco  le  importan  lo  que
                           podríamos denominar, tal como se hace en las batallas,

                           daños colaterales. Y me pregunto: ¿cómo es posible que
                           hayamos llegado hasta aquí?


                                   ¿Quiénes  nos  condujeron  hasta  este  punto?
                           ¿Cuáles  gobiernos  fueron  los  que  organizaron  este

                           desastre  social  y  económico?  ¿Qué  grupos  influyentes
                           apoyaron  a  esos  gobiernos?  ¿Qué  intelectuales  lo
                           consintieron? ¿En que lujos y frivolidades se solazaban

                           mientras  el  país  se  iba  deslizando  por  una  cuesta
                           interminable?  ¿Por  qué  tantas,  y  tan  calificadas,

                           personas  apartaron  la  vista  mirando  hacia  otro  lado?
                           ¿Por qué tantos se desentendieron de la desgracia de la

                           mayoría  para  atender  exclusivamente  sus  propios
                           negocios?  ¿Quiénes  mandaban  a  los  que  mandaban?
                           ¿Dónde  estaban  entonces  los  medios  de  comunicación

                           que no advertían sobre la ignominia y la oscuridad?


                                   Y,  sobre  todo,  ¿de  qué  fantasía  nos  movíamos
                           para  que  el  horror,  y  un  gran  sentimiento  de
                           indignación  no  nos  sobrecogiera  a  todos?  ¿En  qué

                           apartado  recinto  se  había  recluido  la  gente  que  se
                           supone  sensible?  ¿Fue  sólo  en-  cubrimiento  o  también

                           complicidad  colectiva?  ¿Hasta  dónde,  hasta  cuáles
                           capas       de      la     sociedad,        alcanzó        esa      inmoral

                           confabulación?

                                   Mira  hoy  a  tu  alrededor,  Rosa  María,  con  la

                           mirada  clara,  y  verás  lo  mismo  que  yo  veo  y  que
                           cualquiera  puede  percibir:  una  herencia  maldita  de  la

                           cual hay que desembarazarse cuanto antes.

                                   Y aquí, junto a la necesidad de cambio, es donde
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