Page 18 - ¿Por qué soy chavista?
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                                                                                                                 18!

                           uno,  sumergida  en  la  corriente  del  mundo.  Como  una
                           historia  engarzada  entre  millones  de  historias,  todas

                           ellas valiosas, todas ellas merecedoras de ser observadas
                           sin tener que desviar los ojos por la vergüenza.


                                   Tú  sabes,  por  consiguiente,  que  me  resisto  a
                           aceptar  la  indignidad  cultivada  desde  el  poder,  la

                           ignorancia que es un producto inicuo de la desigualdad,
                           la pobreza que es el resultado cruel de la injusticia. Me
                           molesta  en  cualquier  caso  pero  más  todavía,  hasta

                           hacérseme  prácticamente  insoportable,  cuando  las
                           víctimas de todo ello son los niños, los débiles, aquellos

                           que no tienen ni siquiera la posibilidad de darse cuenta
                           de la naturaleza del pozo donde están sumergidos.


                                   Entiendo  que  todo  esto  puede  parecer  abstracto,
                           cuando  no  retórico.  Pero  ¿quién  no  carga  consigo  su

                           abstracción  y  su  retórica  particular?  algunos  se  las
                           construyen de ambición de poder, de culto al éxito, de

                           hedonismo  privado,  por  encima  de  lo  que  sea.  La
                           mayoría estructuran sus argumentos a partir de lo que
                           arroja,  simplemente,  la  lucha  por  la  sobrevivencia.

                           Aunque,  desde  luego,  hay  algunos  que  los  perfilan  de
                           motivos  más  interesantes.  Yo  intento  edificar  mi  vida,

                           sobre  unos  puntos  de  apoyo  tan  elementales  como  los
                           que te dije: que la verdad, la justicia y la belleza puedan

                           prevalecer en el mundo al cual uno contribuye con sus
                           pequeños  actos.  ¿Pensarías,  por  eso,  qué  soy  un
                           ingenuo? Tal vez pudiera afirmarse que ello es así, pues

                           una  cierta  dosis  de  ingenuidad  convive  conmigo,  y
                           hasta  la  cultivo,  sin  que  me  moleste.  Y  alguien  podría

                           decir  que  soy  un  estúpido,  pasado  de  moda.  Pues
                           cuánto  lo  lamento.  Pero  así  son  mis  asuntos.  De  esa
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