Page 11 - La leyenda del turpial tricolor
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—¡Claro que la tienen, arrendajo! Y lechuza me la iba
a contar en este momento.
Pero lechuza lo mira, y muy brava lo regaña:
—¡No seas mentiroso, turpialito!, porque no he dicho
que te contaría la historia de los colores. Y te diré, que es
malo mentir; y menos tú, que eres nuestro representante.
Y arrendajo observando la bravura de lechuza por la
mentira de turpialito, añade:
—Tiene razón nuestra amiga, es malo mentir.
Turpialito apenado bajó su cabecita, y no se atrevía a
levantarla.
Lechuza reconociendo que su regaño había entristecido
a su amiguito, lo anima:
—¡No te preocupes, turpialito, todos cometemos
errores.
—Estoy de acuerdo con lechuza, lo valioso es reconocer
nuestros errores. Porque un error no rectificado, es principio
de una colmena en nuestro cerebro. Que con el tiempo,
serán suplicios en nuestra conciencia —agregó arrendajo.
Levantando su autoestima, turpialito muy contento por
los concejos de sus amigos, les agradece:
—¡Gracias, queridos amigos! Y prometo, no volver a
mentir, nunca... más...
¡Así se habla, turpialito! Porque lo más bello que hay, es
andar siempre con la verdad. Y ahora escucha estos versos
—le dijo arrendajo: