Page 180 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos


                  Favorecido por las mismas circunstancias ambientales y las mismas
               coyunturas  políticas  que  auspiciaron  su  nacimiento,  el  partido  cató-
               lico italiano obtuvo una estruendosa victoria en las elecciones de 1919.
               Conquistó cien asientos en la Cámara. Pasó a ser el grupo más numeroso
               en el parlamento, después de los socialistas, dueños de ciento cincuen-
               taiséis  votos.  La  colaboración  de  los  populares  resultó  indispensable
               para el sostenimiento de un gobierno monárquico. Nitti, Giolitti, Bonomi
               y Pacta se apoyaron, sucesivamente, en esta colaboración. El Partido
               Popular era la base de toda combinación ministerial. En las elecciones
               de 1921 los diputados populares aumentaron de 101 a 109. El volumen
               político de Don Sturzo, secretario general y líder de los populares, creció
               extraordinariamente.
                  Pero la solidez del partido católico italiano era contingente, temporal,
               precaria.  Su  composición  ostensiblemente  heterogénea  contenía  los
               gérmenes  de  una  escisión  inevitable.  Los  elementos  derechistas  del
               partido,  a  causa  de  sus  intereses  económicos,  tendían  a  una  política
               antisocialista. Los elementos izquierdistas, sostenidos por numerosas
               falanges  campesinas,  reclamaban,  por  el  contrarió,  un  rumbo  social-
               democrático: La cohesión, la unidad de la democracia católica italiana
               dependían,  consiguientemente,  de  la  persistencia  de  una  política
               centrista en el gobierno. Apenas prevaleciera la derecha reaccionaria,
               o la izquierda revolucionaria, el centro, eje del cual eran los populares,
               tenía que fracturarse.
                  Con  el  desarrollo  del  movimiento  fascista,  o  sea  de  la  amenaza
               reaccionaria, se inició, por esto, la crisis del Partido Popular. Miglioli y
               otros líderes de la izquierda católica trabajaron a favor de una coalición
               popular-socialista llamada a reforzar decisivamente la política centrista
               y evolucionista. Una parte del Partido Socialista, abandonado ya por los
               comunistas, era igualmente favorable a la formación de un bloque de
               los populares, los socialistas y los nittianos. Se advertía, en uno y otro
               sector que sólo este bloque podía resistir válidamente la ola fascista.
               Pero los esfuerzos tendientes a crearlo eran neutralizados, de parte de
               los populares por la acción de la corriente conservadora, de parte de los
               socialistas por la acción de la corriente revolucionaria, rebeldes ambas a
               juntarse en un cauce centrista.


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