Page 144 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos
se puede inaugurar con un decreto. Para los hombres de pensamiento no.
El fugaz gobierno de Mac Donald ha servido para obligar a los liberales
y a los conservadores a coaligarse y para liquidar, por ende, la fuerza
equívoca de los liberales. Los obreros ingleses, al mismo tiempo, se han
curado un poco de sus ilusiones democráticas y parlamentarias. Han
constatado que el poder gubernamental no basta para gobernar al país.
La prensa es, por ejemplo, otro de los poderes de que hay que disponer.
Y, como lo observaba hace pocos años Caillaux, la prensa rotativa es
una industria reservada a los grandes capitales. Los laboristas, durante
varios meses, han estado en el gobierno; pero no han gobernado. Su posi-
ción parlamentaria no les ha consentido actuar, sino en algunos propó-
sitos preliminares de la política de reconstrucción europea, compartidos
o admitidos por los liberales.
Los resultados administrativos del experimento han sido escasos;
pero los resultados políticos han sido muy vastos. La disolución del
Partido Liberal predice, categóricamente, la suerte de los partidos
intermedios, de los grupos centristas. El duelo, el conflicto entre la
idea conservadora y la idea revolucionaria, ignora y rechaza un tercer
término. La política, como todas las cosas, tiene únicamente dos polos.
Las fuerzas que están haciendo la historia contemporánea son, también
solamente dos.
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