Page 128 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos
despertó en Bohemia y Hungría antiguos ideales de independencia;
creó, en suma, el estado de ánimo que engendró la capitulación.
Mas Wilson ganó la guerra y perdió la paz. Fue el vencedor de la
guerra, pero fue el vencido de la paz. Sus Catorce Puntos minaron el
frente austro-alemán, dieron la victoria a los aliados; pero, no consi-
guieron inspirar y dominar el tratado de paz. Alemania se rindió a los
aliados sobre la base del programa de Wilson; pero los aliados, después
de desarmarla, le impusieron una paz diferente de la que, por boca de
Wilson, le habían prometido solemnemente. Keynes y Nitti sostienen,
por esto, que el tratado de Versalles es un tratado deshonesto.
¿Por qué aceptó y suscribió Wilson este tratado que viola su palabra?
Los libros de Keynes, de Lansing, de Tardieu y de otros historiadores de
la conferencia de Versalles explican diversamente esta actitud. Keynes
dice que el pensamiento y el carácter de Wilson “eran más bien teoló-
gicos que filosóficos, con toda la fuerza y la debilidad que implica este
orden de ideas y de sentimientos”. Sostiene que Wilson no pudo luchar
contra Lloyd George y Clemenceau, ágiles, flexibles, astutos. Alega que
carecía de un plan tanto para la Sociedad de las Naciones como para la
ejecución de sus Catorce Puntos. “Habría podido predicar un sermón
a propósito de todos sus principios o dirigir una magnífica plegaria al
Todopoderoso para su realización. Pero no podía adaptar su aplicación
concreta al estado de cosas europeo. No sólo no podía hacer ninguna
proposición concreta sino que a muchos respectos se encontraba mal
informado de la situación de Europa”. Actuaba orgullosamente aislado,
sin consultar casi a los técnicos de su séquito, sin conceder a ninguno de
sus lugartenientes, ni aún al coronel House, una influencia o una cola-
boración reales en su obra. Por tanto, los trabajos de la conferencia de
Versalles tuvieron como base un plan francés o un plan inglés, aparen-
temente ajustados al programa wilsoniano, pero prácticamente diri-
gidos al prevalecimiento de los intereses de Francia e Inglaterra. Wilson,
finalmente, no se sentía respaldado por un pueblo solidarizado con su
ideología. Todas estas circunstancias lo condujeron a una serie de tran-
sacciones. Su único empeño consistía en salvar la idea de la Sociedad de
las Naciones. Creía que la creación de la Sociedad de las Naciones asegu-
raría automáticamente la corrección del tratado y de sus defectos.
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